De todas las lenguas habladas en el Perú, la mayoría se encuentra en la selva. Algunas de ellas también se hablan en Brasil, Bolivia y Colombia. Las lenguas se mueven con sus hablantes. Un ejemplo de ello es el asháninka, que se habla en el Perú y también en Brasil.
Las lenguas expresan la realidad en la que viven sus hablantes. Así, en las lenguas de la selva, por ejemplo, encontraremos muchas palabras para referirse a distintos tonos del color verde.
Las lenguas se mantienen vivas gracias a que hay personas que las hablan y que las van transformando constantemente.